05 agosto, 2009

¡Allí qué calor!, aquí ¡qué frío!



Estaba leyendo los blogs amigos y me encontré con un contraste bastante notable en las temperaturas de Madrid y Buenos Aires. En efecto en el blog de Víctor se puede ver que la temperatura es de 24 ºC, mientras que en el plasma de mi escritorio (gadget, para los que usen window$) se indica una temperatura de 8 ºC, con una sensación térmica de 4 ºC. Resulta interesante, ya que ahora se invirtieron las estaciones, que nos contemos que temperatura preferimos más. Yo digo, que si no fuera por el "chiflete" (viento que entra por las hendijas de las ventanas y puertas) me quedaría con el frío a los 24 que soporta Víctor.

12 comentarios:

  1. Pues por acá en México estamos más o menos soportando las mismas temperaturas que Víctor pero con la diferencia que el cielo se nos está cayendo encima de tanta lluvia que precipita por las tardes. Yo la verdad es que no soy partidaria del calor, sobre todo porque casi a diario viajo en metro y el ambiente que se genera dentro de los tuneles y los trenes es verdaderamente bochornoso, nada recomendable la verdad. Yo prefiero el friecito aunque ya 8 grados tampoco está tan bueno, yo me conformo con unos 18 graditos máximo, ya de ahí para abajo a veces suelo epezar a sufrir.

    Víctor: Tu blog se ha vuelto famoso, mira que ya hasta ilustras una entrada del prestigioso blog de Mr. Vieytes. ¡Wow! mis respetos.

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  2. Ya lo he dicho en otros ámbitos: No logro entender a los que prefieren el invierno al verano.

    Invierno: hay que usar ropa gruesa y pesada y no obstante pasar frío.
    Se pasa frío hasta en los taxis porque una parte de los conductores están locos y dejan su ventanilla abierta... "si no nos ahogamos" dicen.
    Los días son cortos y hay que usar calefacción. Cuando llueve y además hay viento frío no es muy agradable pasear por la ciudad o ir a trabajar.

    Verano: brisa tibia y ropa liviana.
    Si hace muchísimo calor, y eso es sólo a veces en Buenos Aires, una duchita fresca y problema terminado. Se puede dormir con las ventanas abiertas y ver la Luna y las estrellas antes de dormirse, aún sabiendo (algunos no lo creerán, pero basta con leer algún párrafo antiguo en algún blog de los lectores de éste...) que el satélite de la Tierra tiene dueño.
    También se puede comer o tomar algo fresco en la terraza o en los barcitos con mesas en la vereda (= banqueta en México o = acera en España).

    Sé que no todos coincidirán conmigo. En realidad sé que casi nadie coincidirá conmigo. Me consta que ni mi familia.
    Pero tengo que declarar aquí en este acreditado blog de mi antiguo alumno: NO LOS ENTIENDO.

    Saludos para todos desde la costa del Río de la Plata.

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  3. Qué cosa más interesante la percepción de la temperatura que tienen los humanos. La "sensación térmica". Y sobre el la percepción del frío y del calor, se pueden decir muchas cosas sobre las palabras "calor" y "frío" y las imágenes que evocan, respectivamente. Asuminos, verbi gratia, que las palabras que usamos tienen la propiedad que describen : ¿ acaso nunca nadie sintio calor cuando le dijero "calor" o "viento norte similar al que sale de mi calefacción en invierno". En mi provincia natal, el Chaco -en Argentina- las temperaturas máximas llegan a unos 46 grados, aproximadamente. Cuando estoy en otra ciudad -y hace bastante que no regreso- me bastaba pensar en la palabra "calor del chaco" y su significado para sentirme acalorado. Pero como lógico que soy, asumo que las palabras no conllevan en sí mismas las propiedades que describen. Está claro que la palabra "calor" es un accidente lingüístico, en parte, y un resultado de leyes sintacticas, por otra. Bien podría haber sido otra la palabra entonces que designe o denote el calor. Como decía Shakespeare en "Romeo y Julieta", el perfume de la rosa es invariante con respecto al nombre. Es posible conjeturar entonces, que si cambiásemos "calor" por "frío" y viceversa, teniendo en cuenta la inversión especular de significado, la palabra diferente sugiera lo mismo que antes, teniendo en cuenta el cambio de sintaxis.
    Bueno, eso me pasa por leer una entrada sobre percepción de temperatura. ¿ Será que el "calor" que se imaginan los españoles es el mismo que el "calor" que se imaginan los argentinos ? ¡ S.O.S !

    Muy lindo blog, ¡ un abrazo !.

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  4. Contesto a lo filo (primera entrada última salida)
    En primer lugar bienvenido Yamil a esta bitácora, es muy cierto lo que escribes sobre la percepción, creo que esta es muy subjetiva y un tanto incógnita, siempre me pregunté si lo que yo veo, el resto de los videntes los entiende igual, hasta ahora no encontré ninguna prueba de que así sea.
    En cuanto a la definición de las palabras, hay que tener cuidado hasta donde uno quiere llegar. trato de explicarme, la sensación de frío, (y descontando la subjetividad de la que comenté en el párrafo anterior) es independiente del significado de la palabra frío, cada vez que a nuestro cerebro llegan ciertos impulsos, la manera de expresar de manera corta, lo que ellos provocan es asociándolos con una palabra, que podría ser frío, o cold o como se llame en otro idioma. En cuanto al significado de esa palabra asociada con el "frío" ya la cosa cambia ues hay significador que preexisten antes de la palabra, sino, ¿qué significado tiene la palabra significado?

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  5. Para Roberto,
    El único que ha defendido el calor sos vos, permitime que me ponga en abogado del diablo, e intente una defensa del frío. Empiezo por comentar que si tenes frío te podes pones el placard encima, mientras que si tenes calor más que la camiseta no te podes sacar. Lo de la ducha fresca, vale pero sólo por unos instantes, ya que resulta pero el remedio que la enfermedad. En cambio al frío se lo puede combatir con algún trago de una bebida espirituosa (ginebra, cognac, vodka, etc) y convengamos que si es buena, los efectos poteriores son más aguantables que los de la ducha fría, o al menos, son más divertidos

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  6. Myriam,
    Un poco de lluvia me gusta, suelo salir a caminar bajo ella cuando "garúa finito". La sensación de microgotas en la cara me resulta muy linda, Claro que la ropa se moja más, pero ... un día de vida es vida.

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  7. Hola RobertoV.. muchas gracias por la publicidad que me haces!
    Tu tocayo Roberto le tiene al frío una animadversión notable, en los meses que hace que le conozco ya le he visto protestar varias veces por este motivo... ya le di una vez, y le repito ahora, los mismos argumentos que le das tú: que el frío tiene solución con una vestimenta adecuada, mientras que contra el calor no se puede luchar, ¡es un enemigo implacable! Aunque le puedo comprender perfectamente, debe tener un termostato parecido al de Clara, que se pasa la vida helada... sólo en este parte de meses de verano se encuentra a gusto la pobre.
    Aprovecho para comentarte que aquí en España el dato de la "sensación térmica" se maneja muy poco, nos limitamos a la temperatura. En otros países de Europa tampoco he visto usar ese dato. En cambio, en Estados Unidos sí he comprobado que lo usan mucho (el "wind chill factor", que dicen), de forma que parece ser una costumbre "americana". Me parece útil conocer esa información, porque desde luego es "real". En los inviernos de Madrid es bastante frecuente que amanezcamos con heladas suaves (entre 0 y -5), que no me resultan incómodas si no vienen acompañadas de viento fuerte del norte o nordeste (que debe ser el equivalente a vuestra sudestada)... entonces sí que dan ganas de volver corriendo a la cama.
    ¿Sabes y me puedes explicar cómo se mide esa sensación térmica?
    Y otra cosa, ¿dónde has encontrado ese gadget tan completo?... igual lo pongo en el blog.
    Saludos.

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  8. Y, por cierto, fíjate que el dato de los 24ºC en mi blog está tomado ¡a las 3:36 de la madrugada! A esas horas eso no es calor, es muchísimo calor..

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  9. Víctor, sobre el tema de la sensación térmica no puedo darte más que una versión de café. La sensación de frío/calor está asociada con el proceso de transferencia de energía calórica desde o hacia el medio ambiente, este proceso se ve fuertemente afectado por las condiciones dinámicas (velocidad del viento) y composición del aire que nos rodea. Por esto, la humedad y la velocidad del viento la cambian. Para fijar ideas pensemos en una noche con baja temperatura, y dejemos en una mesa un objeto de aluminio y otro de madera, al otro día si tocamos a los dos objetos (que están a la misma temperatura), sentiremos más frío al metálico que al de madera; esta sensación de más frío se da debido a que la capacidad de transferir calor del aluminio es mayor que la de la madera, y de ahí la sensación de más frío. Creo entender que para las personas ocurre algo similar, por lo tanto se debe corregir la marca termométrica por el efecto de la humedad y del viento, dando lugar, así, a la sensación térmica.
    Tal vez algún meteorólogo, o físico con inclinación, nos pueda dar mejor información.
    En cuanto al gadget, te cuento que es un plasmoide de linux, desconozco si hay un proyecto para portarlos a otros sistemas operativos, como window$ o Mac OS.

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  10. Ya que estamos empezando a hablar de subjetividades, les digo una cosa: respecto de que si hace calor más que toda la ropa no te podés quitar, digo:
    de acuerdo, algunos días de verano aquí hace bastante calor y lo siento como todo el mundo pero no es desagradable como cuando, en invierno, el viento helado se te cuela por entre el ropero completo que te pusiste (y cargaste sobre tus hombros...) y parece que quisiera generarte una gripe instantánea sin tiempo de incubación alguno.
    Saludos a todos... y sigo sin entenderlos.

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  11. R, eso se arregla con unos tragos espirituosos antes de salir!! Ahh, y comprando camperas adecuadas para la ocasión.
    Saludos.
    PD: no es una cuestión de entender, es una cuestión de sentir.

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  12. Ja ja, gastando cualquiera siente calor en invierno. Según vi en la publicidad, hay unas camperas que hacen en Canadá que te hacen sentir calor hasta en las cercanías del polo. Ahora, subís al subte (=metro, =underground) con una de ésas y al llegar a la terminal te tienen que llevar al hospital (como hipótesis de mínima).
    Saludos desde el otro extremo de la ciudad.

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